Diego y Beto se criaron juntos en Villa Fiorito. Además de jugar al futbol en Las Siete Canchitas no se les conoció otro hacer. Diego era casi un año mayor y por eso se transformó en un ídolo para Beto, pero más fue porque éste reconoció a un gigante del futbol en Diego y lo vio 10 años antes que nosotros. Todo se lo preguntaba a Diego, cuando tenés un ídolo a los 10 años vas creciendo y mucho más crece el ídolo, así pasaba el tiempo y se soldaba la amistad y todo el amor que los unía.

El destino de Diego se fue abriendo paso a lo grande, el de Beto seguía atascado en calles de barro de Villa Fiorito; pero eso no les impedía compartir una salida, un trago y ya adolescentes nada reemplazaba recordar juntos la amistad que en la niñez los había unido y jamás moriría.

Corría octubre de 1976 los equipos de Talleres de Córdoba y Argentinos Juniors se enfrentaban en el barrio de La Paternal, Diego todavía con 15 años, debutaba en primera división. Apenas terminado el partido consiguió un teléfono y llamó a la casa de su amigo: Beto Beto, no lo puedo creer Estoy en Primera, Estoy en Primera, Estoy en Primera, reemplacé al tano en el segundo tiempo y apenas entré metí un caño, me aplaudió todo el estadio, Hablé en la Radio, Hablé en la Radio ¿no me escuchaste?, mañana mirá los diarios “Estoy Tocando el Cielo con la Mano”.

Era el mes de mayo del 82 y Diego ya había saltado a lo más grande: concentrado en España con el seleccionado Argentino esperaba el debut ante Bélgica, recibía una carta de la hermana de Beto que a su vez reenviaba noticias de su hermano, cumpliendo el servicio militar en Las Islas Malvinas: : Querido Diego, hermano del alma, ojalá te llegue esta foto, ¿ves la mano izando la bandera celeste y blanca en el cielo de Las Malvinas?, esa mano es La Mía Diego, es Mi Mano Diego. Nunca creí que viviría esto “Estoy Tocando el Cielo con la Mano”.

Corría junio 1986, iban 6 minutos del segundo tiempo del partido en el que Argentina enfrentaba al seleccionado Inglés y la pelota cae desde lo alto al área de los ingleses; el pequeño delantero que salta mide 20 centímetros menos que el guardavallas Peter Shilton que extiende su brazo, ese petiso no puede llegar nunca piensan los cien mil que presencian la escena en el Estadio Azteca y otros 500 millones que lo ven por tv. Diego miró el cielo, pensó en su amigo, se distrajo, quiso saludar a Beto que hacía 4 años se había ido. Beto Beto otra vez “Estoy Tocando el Cielo con la Mano”. La pelota fue hacia el arco Argentina 1 - Inglaterra 0

En enero del 2008 el periodista Gary Lineker de "The Sun" publicó que Diego pidió disculpas por el gol infame y vergonzoso que le validaron en el mundial 86 frente a Inglaterra. Pero Diego aclaró que él no se sentía culpable de nada y describió el momento: Cuando salté miré el cielo y lo vi a Beto, solo dispuse en mi corazón alcanzar a mi amigo para darle la mano; y agregó: Beto me gritó el gol: Gol Diego, Gol Diego, Argentina 1 Inglaterra 0, “Tocaste el Cielo con la Mano”. Yo comprendí que los ingleses pueden conquistar tierras muy lejanas, los Argentinos llegan aún más lejos “Tocan el Cielo con la Mano”.